domingo, 24 de marzo de 2019

¡Empieza queriéndote a ti mismo!




Actualmente en la sociedad ¿qué es lo que consideramos bello y feo? Está claro que los cánones de belleza se han ido modificando a lo largo de la vida y dependiendo de las diferentes culturas. En España, por ejemplo, lo que es considerado más bello es una figura de hombre alto, musculado, moreno, etc. mientras que por parte de la mujer, una figura alta, delgada, sin vello por el cuerpo, con mucho pecho o mucho culo, etc. Figuras que a pesar de ser muy difíciles de conseguir, cada vez se ven más, pero ¿esto es así por gusto propio o por moda?
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Generalmente las personas más rellenitas, con granos, gafas o brackets no entran en lo que considera bello la sociedad (justo lo que hemos podido apreciar en la serie "my mad fat diary"), o por lo menos eso nos enseñan trabajos como el modelaje, las redes sociales, los anuncios e incluso las películas, donde la chica a la que todo le va mal cuenta con estas características.

Estamos inmersos en una sociedad hipócrita donde nos dedicamos a juzgar absolutamente todo lo que vemos, ya sea para bien como para mal. Una sociedad en la que todos somos seres manipulables, ya que los anuncios hacen con nosotros lo que quieren. A ellos les conviene sacar a la luz las inseguridades más notorias que hay en la sociedad y facilitar “una solución” para beneficiarse de ellas y de hecho, no necesariamente funciona el producto, de hecho funciona tan solo veces contadas.

Al final, lo que se considera bello es diferente para cada persona, y realmente si no nos queremos nosotros, quién nos va a querer. Es necesario que demos el primer paso, olvidando o aceptando nuestros defectos, porque  absolutamente todo el mundo cuenta con alguno que otro. No todo es tan bonito como en las películas Disney, en realidad, nada ni nadie es perfecto,  empezando porque ni siquiera somos simétricos, con lo cual querámonos. Y finalmente, quedémonos con que cada uno de nuestros defectos es un elemento más que nos hace únicos, diferentes e irremplazables del resto.

Paloma García Ramos