Que necesarios e importantes son
los profesores y que poco reconocido está su trabajo.
A día de hoy, son profesores
contados los que te dejan marca de por vida debido a su paciencia, su dulzura,
empatía, simpatía, amabilidad, preocupación… y una gran lista que sigue a estas
cualidades. Y esto es porque hay muchos profesores cuya vocación no es la
docencia. Quitan el puesto a verdaderos maestros y van con desgana a clase.
Sin hablar de la manía que llegan
a tener, porque sí que es posible que te cojan manía a pesar de todos los
comentarios que lo niegan. Esto lo sé, porque una profesora me afirmó una vez
que ella corregía los exámenes del final al principio para no ver el nombre de
la persona que lo había hecho, y que esto no influyera en la nota.
Un buen profesor es capaz de
valorar tu esfuerzo, de hablar contigo si no lo hay, para buscar soluciones, de
a pesar de tener favoritismo (porque de nuevo, siempre hay favoritos) no
hacerlo notar, etc.
El primer paso para conseguir un
cambio y para que de verdad esta profesión empiece a valorarse, es tan sencillo
como que haya buenos profesores, profesores que dejen huella por su gran labor
y no por “la manía que me tenía”.

Paloma García Ramos