Actualmente en la sociedad ¿qué es lo que consideramos bello y feo? Está claro que los cánones de belleza se han ido
modificando a lo largo de la vida y dependiendo de las diferentes culturas. En
España, por ejemplo, lo que es considerado más bello es una figura de hombre
alto, musculado, moreno, etc. mientras que por parte de la mujer, una figura alta,
delgada, sin vello por el cuerpo, con mucho pecho o mucho culo, etc. Figuras que
a pesar de ser muy difíciles de conseguir, cada vez se ven más, pero ¿esto es
así por gusto propio o por moda?
Generalmente las personas más
rellenitas, con granos, gafas o brackets no entran en lo que considera bello la
sociedad (justo lo que hemos podido apreciar en la serie "my mad fat diary"), o por lo menos eso nos enseñan trabajos como el modelaje, las redes
sociales, los anuncios e incluso las películas, donde la chica a la que todo le
va mal cuenta con estas características.
Estamos inmersos en una sociedad hipócrita
donde nos dedicamos a juzgar absolutamente todo lo que vemos, ya sea para bien
como para mal. Una sociedad en la que todos somos seres manipulables, ya que
los anuncios hacen con nosotros lo que quieren. A ellos les conviene sacar a la
luz las inseguridades más notorias que hay en la sociedad y facilitar “una
solución” para beneficiarse de ellas y de hecho, no necesariamente funciona el
producto, de hecho funciona tan solo veces contadas.
Al final, lo que se considera
bello es diferente para cada persona, y realmente si no nos queremos nosotros,
quién nos va a querer. Es necesario que demos el primer paso, olvidando o
aceptando nuestros defectos, porque
absolutamente todo el mundo cuenta con alguno que otro. No todo es tan
bonito como en las películas Disney, en realidad, nada ni nadie es
perfecto, empezando porque ni siquiera
somos simétricos, con lo cual querámonos. Y finalmente, quedémonos con que cada
uno de nuestros defectos es un elemento más que nos hace únicos, diferentes e
irremplazables del resto.
Paloma García Ramos
La belleza es una construcción, es una cuestión cultural, pero el amor propio es un valor interno, ese es el gran reto
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