jueves, 9 de mayo de 2019

¡Qué incongruencia!


Charles Ray es un escultor estadounidense que cuestiona, a través de sus obras, los juicios perceptivos del espectador.
Su exposición “Cuatro moldes” está inspirada en la cuestión sobre las formas y discursos arraigados y estereotipados que Charles rebate usando la proporción. 





En cuanto a gustos, bajo mi punto de vista, esta exposición era algo compleja de entender, pero aún así intenté buscar un sentido a sus esculturas siendo “Shoe Tie” la que más me gustó. En ella podíamos ver un hombre desnudo, agachado, atándose los cordones. Lo que más me llamó la atención fue que estaba haciendo el gesto de atarse los cordones pero, paradójicamente, no tenía cordones ni zapatos. Sin embargo, lo que me inspiró fue algo totalmente distinto a este hecho.
El acto de atarse los cordones es algo normalizado y rutinario en nuestro día a día, algo que no es criticado ni tomado como algo importante ya que es un acto que hacen todas las personas en algún momento de su vida. Sin embargo, el hecho de mostrarse desnudo sí que creo que es algo que pertenece a la intimidad de las personas y, que por tanto, es criticado por muchas personas. Esto es algo que no logro entender porque, ¿hay algo más natural en la vida de un ser humano que mostrarse desnudo?
A pesar de ser dos actos que pertenecen al día a día de las personas, son vistos totalmente diferentes por el resto de la sociedad. Por ello creo que juntar ambos en una misma escultura me parece algo muy llamativo e innovador. 

Noelia Hernández Simarro

Un cambio social.


Testsuya Ishida es un artista japonés que presenta durante estos días su exposición “Autorretrato de otro” en el Palacio de Velázquez, situado en el parque del Retiro (Madrid).

Su exposición esta inspirada en el gran desarrollo tecnológico que ha sufrido la sociedad japonesa en los últimos años, así como la crisis tanto económica como política que han afectado a escala planetaria. Por tanto, en dicha exposición intenta recrear el estado de ánimo que siente la generación.
Bajo mi punto de vista, me llamó mucho la atención una obra en especial. En ella podemos ver reflejada una clase con alumnos japoneses. En dicho cuadro solo se ven alumnos de género masculino recibiendo clases, probablemente, por un maestro, lo que nos transmite una sociedad en la que las mujeres están apartadas de la educación y de los conocimientos.


La característica que más me llama la atención de la obra es el rostro de los alumnos, un rostro inexpresivo y aburrido. Esta característica, por un lado, inspira un alumnado que no muestra interés por lo que está aprendiendo, se basan en adquirir unos conocimientos de manera forzada y estricta para poder aprobar las pruebas académicas y así tener un trabajo remunerado que les ayudará a vivir en sociedad pero que no les gustará.
Por otro lado, esta manera de aprender se ve relacionada con los alumnos robotizados que están sentados a su lado. Estas máquinas, mitad humanas y mitad mecánicas, nos ayuda a comprender dicho cambio tecnológico que está viviendo el país en el que las máquinas conseguirán saber lo mismo, o incluso más, que el ser humano. Pero, sin embargo, por mucho que las máquinas lleguen a este nivel, siempre serán manejadas y controladas por el ser humano, tal y como podemos observar en la mano que el maestro sitúa encima de una de ellas. 

En conclusión, ha sido la obra que más me ha gustado ya que ha sido en la que más relación con la educación he encontrado. Me ayuda a posicionarme con más firmeza en el pensamiento de cómo se deben de impartir las clases, alejada totalmente a esta manera. El docente debería de motivar al alumnado y hacer de sus prácticas docentes unas prácticas más experimentadas y manipulativas ya que es a través de la experiencia como mejor aprenden los niños y niñas. Sólo cuando la docencia a parte de la educación este modelo de clases podremos cambiar la situación que se viven en muchas aulas, a nivel mundial, y en especial en Japón.

Noelia Hernández Simarro