
Su exposición esta inspirada en el gran desarrollo
tecnológico que ha sufrido la sociedad japonesa en los últimos años, así como
la crisis tanto económica como política que han afectado a escala planetaria.
Por tanto, en dicha exposición intenta recrear el estado de ánimo que siente la
generación.
Bajo mi punto de vista, me llamó mucho la atención una obra en
especial. En ella podemos ver reflejada una clase con alumnos japoneses. En dicho
cuadro solo se ven alumnos de género masculino recibiendo clases,
probablemente, por un maestro, lo que nos transmite una sociedad en la que las
mujeres están apartadas de la educación y de los conocimientos.
La característica que más me llama la atención de la obra es
el rostro de los alumnos, un rostro inexpresivo y aburrido. Esta característica,
por un lado, inspira un alumnado que no muestra interés por lo que está
aprendiendo, se basan en adquirir unos conocimientos de manera forzada y estricta
para poder aprobar las pruebas académicas y así tener un trabajo remunerado que
les ayudará a vivir en sociedad pero que no les gustará.
Por otro lado, esta manera de aprender se ve relacionada con
los alumnos robotizados que están sentados a su lado. Estas máquinas, mitad
humanas y mitad mecánicas, nos ayuda a comprender dicho cambio tecnológico que
está viviendo el país en el que las máquinas conseguirán saber lo mismo, o
incluso más, que el ser humano. Pero, sin embargo, por mucho que las máquinas
lleguen a este nivel, siempre serán manejadas y controladas por el ser humano,
tal y como podemos observar en la mano que el maestro sitúa encima de una de
ellas.
En conclusión, ha sido la obra que más me ha gustado ya que
ha sido en la que más relación con la educación he encontrado. Me ayuda a posicionarme
con más firmeza en el pensamiento de cómo se deben de impartir las clases,
alejada totalmente a esta manera. El docente debería de motivar al alumnado y
hacer de sus prácticas docentes unas prácticas más experimentadas y manipulativas
ya que es a través de la experiencia como mejor aprenden los niños y niñas. Sólo
cuando la docencia a parte de la educación este modelo de clases podremos cambiar
la situación que se viven en muchas aulas, a nivel mundial, y en especial en Japón.
Noelia Hernández Simarro
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