Me parece mentira que en pleno
siglo 21 tengamos que seguir reivindicando los derechos de la mujer, que por
cierto, son los mismos que los de los hombres, porque cabe destacar que los
derechos no son cuestión de sexo. Parece mentira que esto todavía no le entre
en la cabeza a una gran parte de la sociedad.
Y claramente, nosotros como
futuros docentes seremos un factor fundamental en el desarrollo del niño y por
lo tanto es nuestro deber dar ejemplo y enseñar buenos valores. Porque muchas
veces este machismo viene de lo aprendido en el entorno familiar. Nosotros
tenemos que ser el cambio de actitudes micromachistas. Porque una niña tiene el
mismo derecho a jugar al fútbol que un niño, y un niño tiene el mismo derecho
de jugar a las muñecas que una niña. Ni los juguetes, ni los colores, ni la
ropa tienen género, por lo tanto basta ya de enseñanza machista.
En otras ocasiones vienen de los
medios de comunicación. Anuncios machistas, películas o series machistas,
canciones machistas, libros machistas y una gran lista por delante. Si no somos
capaces de cambiar esto, ¿cómo pretendemos cambiar a la sociedad entera? Los
grandes pasos, siempre vienen acompañados con pequeños movimientos.
Si alguna vez vemos alguna
desigualdad es nuestro deber paliarla. Decidir no actuar, es actuar indebidamente.
¡Nos queremos libres, nos queremos vivas!
Paloma García Ramos
La cuestión es que educamos en diversidad de género, pero el gran reto será valorar lo masculino y femenino en todo ser humano
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